Pasaron veinte días que para Silvia Robles Mucha (59) resultaron una vida, pero una vida de incertidumbre y malasangre. "Hoy recién pude volver a trabajar y cuando llegué hace un rato a casa me desmoroné del cansancio. Se me vinieron todas las imágenes juntas, fueron demasiadas emociones", describe la mujer nacida en Perú y radicada en Italia, que el domingo 17 de agosto, cuando iba camino a Ezeiza, recibió un ladrillazo que entró por la ventana del acompañante, dio en su mejilla derecha y no la "mató porque Dios se acordó" de ella.
Silvia es peruana, vivió en Argentina entre 1990 y 2005 y desde entonces reside en Italia junto a su pareja Saúl. Alquila una casa en Milán, ciudad donde trabaja haciendo limpieza en cuatro casas de familia. En Villa Celina tiene una propiedad que es el