Por decirlo en términos de herederos: a la presidenta Claudia Sheinbaum le molesta no la herencia que le dejó el papá sino las del abuelo y el bisabuelo
¡Ah, las herencias! Esos legados que maldicen y bendicen a la vez, que solucionan algunos problemas y profundizan otros. Las herencias, ese pleito interminable entre familiares y seres queridos, esa semilla de la discordia, esa moneda que le pertenece a aquel, ese reloj inservible para aquella, ese terreno ¿quién se lo quedará? Las herencias, esa marca para unos, esa ausencia para otros; fortunas para algunos, miserias para muchos.
Septiembre es el mes del testamento en Ciudad de México. Quizá motivada por esa oferta notarial que convida a los ciudadanos a que por un precio muy bajo pongan en papel y en orden los asuntos que quedarán pen