El programa de modernización del caza F-35, conocido como Bloque 4, atraviesa serias dificultades. Lo que debía ser una actualización rutinaria acumula retrasos notables que han desplazado su finalización hasta 2031, cinco años más tarde de lo previsto en un principio. Esta situación ha generado una considerable inquietud no solo en el Pentágono, sino también entre los socios internacionales del proyecto, que ven cómo sus flotas esperan mejoras que no terminan de llegar. Esta demora afecta directamente a las capacidades operativas de aliados clave, ya que y otras regiones estratégicas.

A este escenario de incertidumbre técnica y logística se suma un reciente revés comercial para Lockheed Martin. La compañía estadounidense perdió frente a su principal competidor , Boeing, el jugoso con

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