Los cables submarinos transportan el 95% del tráfico de los datos entre continentes . Sostienen diez billones de dólares diarios en transacciones financieras, según cifras recopiladas por TeleGeography , y alimentan desde el streaming hasta las redes de inteligencia artificial. Y, sin embargo, su control ya no pertenece a las grandes teleoperadoras tradicionales: ha pasado, en gran medida, a manos de gigantes tecnológicos como Google, Meta, Microsoft y Amazon . Una transformación profunda que plantea preguntas sobre dependencia, soberanía digital y resiliencia ante riesgos geopolíticos.
Durante más de un siglo, los cables submarinos fueron cosa de consorcios de operadores públicos y grandes telecos. Instalarlos costaba cientos de millones de dólares, y era habitual repartir el ries