Rodrigo Jiménez | EFE
14 sep 2025 . Actualizado a las 21:24 h.
La Vuelta, la participación del equipo de Israel y las protestas propalestinas dejan un panorama desolador. Porque lo que ha sucedido a su alrededor retrata otra vez a todos los actores implicados, hasta coronar un fracaso mundial con la suspensión de la última etapa. Un país que no es capaz de proteger una prueba deportiva en el centro de su capital, en medio de una agria bronca política, deja su prestigio por los suelos, aunque solo sea durante unos días.
No hay forma de entender que en pleno aniquilamiento del pueblo palestino por parte de los poderes de Israel participe en la Vuelta a España un equipo privado que en la práctica ondea la bandera del país. Y cuesta mucho asumir que en todo el entramado de normas y requisi