En los últimos meses, las pistas del norte de Lima se transformaron en el escenario de un conflicto que iba más allá de simples amenazas. Choferes, cobradores y dueños de empresas de transporte comenzaron a recibir mensajes cargados de intimidación, acompañados de disparos y granadas que confirmaban el alto nivel de violencia. Detrás de esta maquinaria delictiva se encontraba la organización conocida como DESA, siglas que encubrían a los Delincuentes Extorsionadores Sicarios Anti Tren , grupo que impuso su ley bajo el mando de Yorman Barrios Martínez, alias Yorman .

El cabecilla de origen venezolano, identificado por la Policía como uno de los criminales más escurridizos de la capital, encontró en las rutas de Lima Norte un terreno fértil para levantar un imperio. Las calles de San

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