La etapa final de la Vuelta Ciclista a España, programada para este domingo en Madrid, ha sido cancelada debido a las protestas pro-Palestinas que interrumpieron el recorrido. La organización de la competición tomó esta decisión tras los incidentes que se desarrollaron en el centro de la capital española, donde manifestantes bloquearon el paso de los ciclistas.

Desde las 17:30 horas, la organización intentó modificar el itinerario para evitar el centro de Alcobendas, pero esto no fue suficiente. Los manifestantes, que se sentaron en varias calles céntricas, exigían el respeto a los derechos del pueblo palestino, mientras eran custodiados por fuerzas antidisturbios.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, expresó su apoyo a las manifestaciones, afirmando que son un motivo de orgullo para España. "Expreso mi agradecimiento a pueblos como el de España, que se movilizan por la justa causa de Palestina", declaró.

Las protestas han sido una constante durante esta edición de la Vuelta, que ya había visto alteraciones en etapas anteriores. En Bilbao, por ejemplo, manifestantes impidieron el inicio de la 11.ª etapa, y en Figueres, el equipo Israel-Premier Tech tuvo que retirar su nombre de los uniformes debido a la presión social.

La situación se tornó tensa cuando los manifestantes arrojaron barreras a la carretera, lo que obligó a los ciclistas a detenerse. La policía utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, quienes coreaban lemas como "¡boicot a Israel!".

La ceremonia del podio fue cancelada por motivos de seguridad, y los organizadores no anunciaron de inmediato los resultados finales de la carrera. Se estima que más de 1.500 agentes de policía fueron desplegados para controlar la situación.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, criticó al presidente Sánchez, responsabilizándolo de la cancelación de la etapa. "La violencia ha vencido al deporte y hago responsable al presidente del Gobierno", escribió en su cuenta de X.

La Vuelta a España se ha convertido en un escenario de tensiones políticas, con un fuerte despliegue policial y un ambiente de confrontación que ha marcado esta edición. Las protestas han evidenciado la creciente movilización social en torno a la causa palestina, generando un impacto significativo en el desarrollo de la competición ciclista.