El periodo de Jaime Lusinchi en Venezuela estuvo marcado por eventos internacionales significativos, como la caída del comunismo soviético. Este proceso, liderado por Mijail Gorbachov, introdujo reformas como la Perestroika y la Glasnost, que sorprendieron al mundo al desmantelar un sistema de gobierno sin violencia. Entre 1985 y 1990, el debate ideológico en Venezuela se intensificó, influenciado por estos cambios globales. Los partidos políticos, especialmente Acción Democrática (AD) y COPEI, se vieron inmersos en luchas internas por el liderazgo y la dirección política.

Carlos Andrés Pérez emergió como candidato presidencial de AD tras un intenso debate interno, donde se le acusó de traicionar los principios históricos del partido. Por su parte, COPEI enfrentó una crisis de liderazgo entre su fundador, Rafael Caldera, y la nueva generación representada por Eduardo Fernández. En las elecciones del 4 de diciembre de 1988, Carlos Andrés Pérez ganó con 3.8 millones de votos, mientras que Eduardo Fernández obtuvo 2.9 millones. A pesar de la victoria, AD perdió la mayoría absoluta en el Congreso, lo que marcó el fin del Pacto de Punto Fijo y la alternancia bipartidista.

Los resultados electorales reflejaron un cambio en la dinámica política, con un aumento en la abstención debido al descontento social por la corrupción, el alto costo de la vida y la inseguridad. La toma de posesión de Pérez el 2 de febrero de 1989 fue un evento ostentoso, pero pronto se reveló como un espejismo. Las medidas económicas impuestas, como la liberación de precios y el aumento de tarifas, fueron anunciadas sin ajustes salariales previos, lo que generó un ambiente de tensión.

El descontento culminó en la insurrección popular conocida como El Caracazo, que estalló en la madrugada del 27 de febrero de 1989. Este evento marcó el inicio de una crisis profunda en el régimen político venezolano, cuyas repercusiones aún se sienten en la actualidad. La situación política y social se tornó explosiva, y las centrales obreras comenzaron a protestar enérgicamente contra las medidas neoliberales impuestas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo.