El alcalde de Tijuana, Ismael Burgueño Ruiz, reiteró que en su administración no habrá tolerancia a la corrupción y que cualquier funcionario sorprendido en actos indebidos será separado de inmediato del cargo. La instrucción es clara: cero impunidad. La medida es positiva, pero no basta con el anuncio.
El llamado a la ciudadanía para denunciar irregularidades es importante, aunque debe ir acompañado de garantías de protección y de mecanismos transparentes que aseguren resultados.
De lo contrario, se corre el riesgo de que la gente tema represalias o simplemente pierda confianza en las instituciones. Un aspecto preocupante señalado por el propio Alcalde es la presencia de falsos inspectores con credenciales de pasadas administraciones que extorsionan a comerciantes.
Este fenómeno exhibe