A oscuras y con maleza, permanecen los alrededores de las dos redomas de la urbanización El Caimito I, en la parroquia Unare.
Por el hurto del cableado eléctrico hace más de 20 años, no hay postes operativos que iluminen ambas rotondas. Las noches convierten el sector en una “verdadera boca de lobo”, además de la maleza en los alrededores.
“Cuando empezaron las mesas de energía, se recuperó. Se le metió cables nuevos, pero después, los carros tumbaron los postes, las lámparas y después los cables se los robaron. Las primeras mesas se hicieron cuando empezó el gobierno (del expresidente) Chávez”, explica el residente de la manzana 44, Jesús Gómez.
En ambos sentidos de las redomas, la oscuridad imposibilita un tránsito seguro para los conductores y peatones. A pesar de eso, Gómez comenta