La reciente cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái en Tianjin suena a punto y aparte –y no por la viral conversación sobre la inmortalidad entre Vladímir Putin y Xi Jinping. Reunidos sus diez países miembros (incluida Rusia e India) y una decena de invitados, entre los ocho puntos de la declaración final, uno es “inesperado”, escriben los expertos: hay el compromiso de ampliar la cooperación militar.

En Tianjin China estuvo en el centro y los demás bailaron a su alrededor para formar una nueva banca de desarrollo centrada en Asia, llamar a la desdolarización, poner sobre la mesa la defensa de la soberanía de sus miembros citando incluso de forma expresa a Irán. Jean Joseph Boillot, experto en países emergentes del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas de P

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