Hace 75 años, el panorama en la guerra de Corea para las fuerzas de la ONU era complicado. EE. UU. y sus aliados necesitaban conseguir la iniciativa estratégica ante un enemigo avasallador. El historiador militar Robert Lyman, coautor del libro Korea. War Without End (Osprey, 2025), ha explicado a Historia y Vida cómo el general MacArthur apostó fuerte para dar un vuelco a esta situación.
En el verano de 1950, el Ejército Popular de Corea del Norte (NKPA, por sus siglas en inglés) había invadido a su vecino del sur con una auténtica guerra relámpago. En pocos días ocupó Seúl, y Washington envió refuerzos bajo la autorización de la ONU, pero este primer contingente internacional (principalmente, compuesto por soldados de EE. UU.) fue incapaz de detener a las fuerzas de Pyongyang.