Para cuando escribo esto, Alicia Matías, una mujer de 49 años, había fallecido por quemaduras en 90 por ciento de su cuerpo. Su nieta, Azuleth estaba grave debido a quemaduras de tercer grado, pero estable en uno de los hospitales de la Ciudad de México.

Las dos son parte de las víctimas de la explosión de una pipa de gas en el puente de La Concordia, en la alcaldía Iztapalapa. Alicia destacó entre todas las víctimas por su historia, sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en 90 por ciento de su cuerpo después de que lo usara como escudo de protección para su nieta.

A pesar de las heridas, caminó un buen tramo con la niña en brazos hasta que encontró a un policía que la ayudó a llegar a la atención médica y, ojalá, eso signifique que le salvó la vida. Ninguna de las dos tiene acceso

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