Russel Estrada Osalde, vecino de Calkiní, era un taxista de vieja escuela. Madrugador, prudente al volante, conocido por generaciones de pasajeros que lo veían arrancar su vehículo cada mañana rumbo a Mérida.
Su último viaje lo llevó al kilómetro 127 de la carretera, donde el impacto con un tráiler cargado de cervezas y un automóvil particular convirtió su unidad en un amasijo de fierros en llamas.
El chofer quedó atrapado en el interior de la Urvan, que se incendió con seis personas dentro.
“Cómo es la vida tan frágil, lo vi por la mañana, platiqué con él en la plaza; yo viajé a Campeche y él juntando su pasaje para Mérida, horas más tarde me entero del fatal accidente”.
Con consternación, José Luis May Flores recordó a su amigo Russel, chofer de la combi que se incendió en la vía Mér