La persecución de la trata con fines de explotación sexual y la identificación de sus víctimas siempre ha sido una tarea difícil, pero en los últimos años se ha vuelto aún más compleja. El cambio de perfil de las mujeres víctimas y los nuevos escenarios en los que se produce esa explotación, más privados o en internet, dificultan las labores de investigación en España. La Fiscalía General del Estado (FGE) advierte sobre ello en su última memoria anual, en la que habla de un desplazamiento de la explotación sexual hacia internet y redes sociales tras el cierre de clubes de alternes y locales públicos.

Este delito sigue siendo la modalidad predominante de la trata de seres humanos, aunque los métodos de captación y explotación han evolucionado. En total, en 2024 se incoaron 181 procedimient

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