Sería bueno que el gobierno y el Congreso que elijamos a partir del próximo año asuman el compromiso de hacer una reforma y una limpieza a fondo de EsSalud, que se ha convertido en un codiciado botín de los gobiernos de turno mientras su razón de ser, que es la atención médica de los más de 12 millones de asegurados, es un completo desastre que nadie tiene la voluntad de solucionar.
No puede ser que gente que por décadas ha aportado a la seguridad social tenga que esperar semanas y meses para que le den una cita, y ni qué decir de lo que cuesta que a una persona la programen para una operación. Un drama aparte son los servicios de emergencia, donde la “atención” es algo que no se podría desear ni al peor enemigo. Esto ocurre, por ejemplo, en el hospital Edgardo Rebagliati, en Lima.
Y mie