El curso político acaba de empezar en Westminster, pero sus señorías, especialmente los de las filas laboristas, tienen el foco puesto en el mes de mayo. La gran pregunta que se plantea es si, para entonces, el premier Keir Starmer seguirá en Downing Street. Apenas se cumple su primer año de mandato tras conseguir una mayoría absoluta que puso fin a una era de catorce años con los conservadores en el poder. Pero la crisis por la que atraviesa el Gobierno plantea, incluso a nivel ministerial, un posible desafío a su liderazgo si las elecciones locales, galesas y escocesas de primavera resultan terriblemente malas para el laborismo.
La reciente dimisión de su número dos, Angela Rayner, por una polémica sobre su situación fiscal, y la destitución a efectos inmediatos del embajador británico