El rugido de la multitud aún resonaba en el Estadio Nacional de Japón, un eco al increíble salto de 6.30 metros que acababa de presenciar. Armand Duplantis, el mago sueco-estadounidense del salto con pértiga, había vuelto a hacerlo.

Con una precisión casi sobrenatural, Duplantis, "se elevó como un águila, dominando el aire con una gracia inigualable" , según la descripción de un comentarista emocionado. Su tercer oro mundial consecutivo no solo era un triunfo personal, sino un nuevo récord mundial, el decimocuarto en su ilustre carrera. El salto, ejecutado en su último intento, fue un final magistral a una noche de emociones intensas.

El contexto: A diferencia de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, donde la ausencia de público ensombreció su victoria, esta vez Duplantis se alimentó de

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