Las reservas de la biosfera se despliegan a lo largo de la cordillera Cantábrica como una espina dorsal que conecta la frontera gallega con las lindes asturianas. Estas reservas armonizan la conservación de los recursos naturales con el bienestar de sus escasos y dispersos habitantes, que desde hace siglos las miman y las protegen.

De oeste a este, León ofrece valles mágicos y montañas encantadas, aldeas y pueblos salpicados de bosques y glaciares, un auténtico paraíso con alma. Es un gran vergel para los amantes de la naturaleza y una tierra privilegia por su generoso ecosistema que su mayor parte ha resisitido a pesar de los incendios sufridos en verano.

Cada reserva de la biosfera tiene una personalidad propia y un paisaje singular

León es un lugar arcaico, con gentes acogedoras dond

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