El éxito de la misión DART de la NASA en 2022, que demostró que es posible desviar un asteroide a base de impacto, ha abierto la puerta a un problema mucho más sutil y peligroso. El dilema ya no es si podemos golpear una de estas rocas espaciales, sino dónde hacerlo exactamente. Un error de cálculo podría convertir una maniobra de salvamento en un riesgo a largo plazo para nuestro planeta, condenándonos irónicamente con la misma tecnología diseñada para protegernos. Esta clase de proyectos pioneros se suman a otros hitos de la agencia, como la obtención de las , demostrando una capacidad cada vez mayor para operar en el entorno espacial.
De hecho, la clave de este dilema reside en un concepto conocido como «agujero de cerradura gravitacional». Se trata de regiones muy concretas y relati