A unos kilómetros al norte de Praga, escondido entre bosques cercanos al pueblo de Blatce y al lago Mácha, se alza el enigmático castillo de Houská . Levantado en la segunda mitad del siglo XIII, no deslumbra por su tamaño ni por su arquitectura, sino por el halo oscuro que lo envuelve desde hace siglos, que lo han convertido en uno de los lugares más inquietantes de Europa Central . Hoy, su reputación como epicentro de leyendas macabras atrae a curiosos y viajeros que buscan vivir de cerca la experiencia de caminar por lo que muchos llaman “ la puerta al infierno ”.
A diferencia de otras construcciones defensivas, Houská no surge con el objetivo de resistir asedios externos ni de proteger a los habitantes locales . Sus elementos defensivos, observables desde el patio central