En pleno siglo XXI, Barcelona sigue conviviendo con un problema que parecía olvidado: el barraquismo. En el entorno de la futura estación de la Sagrera , decenas de personas sobreviven en chabolas hechas de maderas, plásticos y materiales reciclados en solares pendientes de urbanizar. “ ”, confiesa uno de los jóvenes para Betevé que lleva ocho meses instalado en una barraca improvisada.

Según datos del Ayuntamiento de Barcelona , actualmente unas 306 personas malviven en asentamientos repartidos por la ciudad y otras 209 lo hacen en locales ocupados. El caso de la Sagrera se ha convertido en el más visible: desde hace más de una década, en el solar de la antigua estación de mercancías que ya albergan a medio centenar de personas, algunas familias con niños escolarizados en centros

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