CNN Español —

A Diana le quedaban todavía algunos años para terminar el colegio secundario en su barrio de San Miguel, en el conurbano bonaerense, cuando tuvo que empezar a trabajar. Al principio, se ganaba unos pesos haciendo encargos por internet. Eran tareas simples, pero le llevaban buena parte del día. Dividía su tiempo entre el estudio y el trabajo, tratando de sostener una rutina que le permitiera acercarse a su sueño: terminar el colegio y seguir estudiando.

En su casa, los ingresos estaban reservados para las necesidades básicas y muchas veces no alcanzaban. Su mamá hacía malabares para darles de comer a ella y sus hermanos, que empezaron a colaborar con los narcos del barrio para sumar un peso más.

Un día, uno de ellos le ofreció una “changa” (trabajo informal) mejor paga: e

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