La decisión del Consejo de Administración de RTVE de retirar a España del Festival de Eurovisión 2026 si Israel participa no solo abre un debate político, sino también económico y turístico.
La ausencia del país en el mayor espectáculo televisivo de Europa supondría un impacto directo en ingresos publicitarios, en la visibilidad internacional de la marca España y en el atractivo turístico vinculado al festival.
Eurovisión no es únicamente música: es una industria cultural que moviliza a millones de espectadores, turistas e inversores cada año. El certamen genera cientos de millones de euros en ingresos para la ciudad anfitriona, que recibe a decenas de miles de visitantes en apenas una semana.
Aunque España no será sede en 2026, la emisión del festival en RTVE arrastra cada año a millon