Empiezan a despejarse las sombras en torno a Tyler Robinson, el presunto asesino del activista trumpista Charlie Kirk. Las autoridades encargadas de la investigación del crimen que ha dividido al país en dos y ha resucitado los fantasmas de la violencia política en Estados Unidos comparecieron este martes para dar a conocer de qué acusan a Robinson. Lo hicieron en Provo (Utah), ciudad cercana a la Universidad de Utah Valley, en cuyo campus un balazo disparado por un rifle de caza a una distancia de unos 180 metros de distancia, acabó el miércoles pasado con la vida de Kirk mientras debatía ante unas 3.000 personas.

Jeff Gray, el fiscal del condado de Utah, fue el primero en hablar, anunció que lo acusaban de varios delitos, el más grave de los cuales es asesinato agravado, lo que supone q

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