GREGORIO LEÓN
Gianfranco Gazzzaniga es otro de los miembros de una dinastía de porteros, que empezó con su abuelo. Gente que se ha criado debajo de los palos, que han vivido en el arco. Y el portero del Real Murcia tuvo un accidente en el partido inaugural de liga que le costó la derrota al equipo, en Marbella. El balón se le escurrió como una pastilla de jabón. Cuando pasa eso, si tienes una personalidad apocada puedes quedar tendido en el diván, mortificándote por el error. Pero cuando eres un profesional con la cabeza muy bien amueblada, preparada para metabolizar contratiempos y reveses, te levantas enseguida. Y este domingo, en Alcalá de Henares, vimos de nuevo la mejor versión del argentino, la versión salvadora. Tres manos suyas evitaron la derrota del Murcia.
"El disparo en Ma