La pregunta por la existencia de una concepción católica de la política puede iluminarse estableciendo un paralelo con la economía.
Tanto en uno como en otro caso hace falta establecer una distinción. En términos escolásticos, tanto el objeto material de la política como de la economía son una realidad natural. Efectivamente, la vida política como la económica son un proprium del hombre. De esta manera, vale invocar aquel adagio, también escolástico, que afirma: “La gracia supone la naturaleza, no la destruye sino que la perfecciona” .
Esta verdad, aplicada a la vida social -tanto la política como la economía son realidades sociales- implica afirmar que un orden social cristiano o cristiandad -objeto formal de una concepción católica de la política- supone la politicidad y la economici