Pocas palabras, pero significativas. El papa León XIV entra en el fondo de las dos crisis más graves de esta época, Gaza y Ucrania. Al salir de la residencia de Castel Gandolfo para regresar al Vaticano, el Pontífice respondió a las preguntas sobre la violenta ofensiva del ejército israelí en la Franja : “Muchos no tienen adónde ir y por eso es una preocupación”. Por la tarde, el Papa telefoneó al padre Gabriel Romanelli, párroco de Gaza, en un gesto que su predecesor repetía casi a diario , incluso en los momentos más duros de su hospitalización: “He hablado también con los nuestros allí y con el párroco —explicó el Pontífice—; por ahora quieren quedarse, siguen resistiendo, pero realmente hay que buscar otra solución”.
El otro punto es la guerra en Europa del Este y la máxima tensió