La turinesa Valeria Bruni Tedeschi lleva desde que era una niña viviendo en París, pero nunca ha podido ocultar sus orígenes, y no sólo por los apellidos terminados en i, heredados de su ya fallecido padre, Albert Bruni Tedeschi, industrial y compositor de ópera, que salió huyendo de la Italia de los años de plomo. Es temperamental, apasionada, un huracán. Rubia y con los ojos azules, pero con la sangre en llamas. Cumplidos los 60, esta actriz ha bordado más de cien personajes y dirigido un puñado de películas cautivadoras en las que, básicamente, nos ha ido contando su vida.
La última, La gran juventud (2022), en la que remontaba a sus inicios en la escuela de teatro de Patrice Chéreau, causó escándalo porque su joven protagonista, Sofiane Bennacer, que además era su pareja, había sido