El taxista Diomar José Gómez Zaragoza vivió el peor fin de semana de su vida.

Desde que fuera publicado en Tane tanae y a través de diversas redes sociales, que su vehículo estaba involucrado en la cacería de niños con fines insospechados, perdió el sueño y el apetito.

Conocedor de las posibles consecuencias de un hecho con severas penalidades, acudió rápidamente a los cuerpos de seguridad a desmentir lo ocurrido. De igual forma, visitó los medios de comunicación.

“Me presenté en el Cicpc, le tomaron fotos al carro, realizaron las experticias y constataron que no ha estado involucrado en ningún problema. Fue una falsa alarma”, indicó.

Además, fue al antiguo FAES, hora BTI, también a Politucupita, donde le dijeron lo mismo, no cursa ninguna denuncia en su contra. “Mi carro es un Ford Fi

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