El Benfica ha tomado una decisión drástica: Bruno Lage deja de ser el entrenador del conjunto lisboeta tras un inicio de temporada irregular que no convenció ni a la directiva ni a la afición.

El técnico portugués, que ya había tenido un paso anterior por el club, regresó con la esperanza de consolidar un proyecto competitivo, pero su segunda etapa ha estado marcada por la falta de regularidad y los altibajos en el rendimiento colectivo. Las derrotas en partidos clave de la liga, sumadas a una eliminación temprana en competiciones europeas, han terminado por erosionar la confianza de la dirigencia.

La apuesta por Lage buscaba continuidad y estabilidad, pero el equipo no logró mostrar una identidad clara ni mantener un nivel acorde a la exigencia de un club histórico como el Benfica

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