¿Cómo llega un joven ingeniero civil y músico empírico de Yucatán a la penúltima etapa de un concurso nacional de canto por la paz? Para Roger Gregorio Quiñones Esparza, el camino comenzó en la adolescencia, cuando estudiaba el bachillerato en Tihosuco, uno de los bastiones de los mayas rebeldes en el siglo XIX y donde bebió del ejemplo de uno de sus profesores que escribía poemas sobre el pueblo originario.
Ahora, Roger está en la antesala de convertirse en uno de los finalistas de “México canta por la paz y contra las adicciones”. Lo será si el próximo domingo 21 resulta ganador en Oaxaca de la eliminatoria de la zona sur.
El tema con el que se inscribió, “La voz del gran pueblo”, surgió como una exhortación a la población originaria a que estudie y se prepare, esto es, “las nuevas for