Incluso las siete maravillas del mundo tienen que hacer frente a los conflictos más mundanos. Una protesta de las comunidades locales ha puesto Machu Picchu en el punto de mira, generando una crisis turística nacional e internacional inesperada. En el centro del conflicto, el acceso en autobús al complejo monumental.
Hasta ahora, dos compañías operaban en exclusiva el acceso a Machu Picchu. Cosettur operó en exclusividad durante 30 años hasta que se sumó PerúRail, participada por la cadena hotelera Belmond y que cubre los trayectos hasta la maravilla mundial y el lago Titicaca. El conflicto arrancó el pasado día 5. Ese día, la concesión de Cosettur finalizaba, para dar paso a la de Antonio de Torontoy, una compañía que opera 18 autobuses y que fue autorizada por la Municipalidad Provincia