En redes sociales abundan los juicios rápidos sobre cómo deberían verse los animales para ser considerados ‘bien cuidados’ y uno de estos focos de debate son los codos de los perros. Basta con que alguien comparta un vídeo o foto de su perro y, si aparecen las características manchas grises y sin pelo en esa zona, no faltan quienes acusan al cuidador de negligente o de tener al animal durmiendo sobre hormigón. Pero ¿qué hay de verdad en esa asociación tan extendida?
La respuesta corta es que los callos en los codos son una condición común, fisiológica y en muchos casos inevitable, especialmente en perros de tamaño medio y grande. Que existan no significa falta de atención ni un descuido, sino que son la manera que tiene el cuerpo de adaptarse a la presión y al contacto constante con el su