Un hallazgo en apariencia mínimo se convirtió en la pista que permitió destapar uno de los crímenes más sonados de los últimos meses en Cundinamarca .
El caso parecía un robo que había salido de control. Sin embargo, lo que empezó como la escena de un hurto violento en Ubaté (Cundinamarca) terminó destapando una red de sicarios que operaba en varios departamentos del país. La pista clave no fue un arma ni un testigo: fue una prenda de vestir que permitió reconstruir paso a paso la ruta de los asesinos hasta descubrir quiénes habían planeado y ejecutado el crimen.
La víctima fue Luis Miguel Rocha Calderón, un próspero comerciante y dueño de minas de carbón que había diversificado su fortuna en préstamos millonarios . El 24 de junio de 2025 fue hallado sin vida dentro de su viviend