La ciudadela de Machu Picchu , considerada una de las principales joyas turísticas del planeta y símbolo cultural de Perú, enfrenta su periodo más crítico de los últimos año s. Las protestas sociales y los continuos conflictos han desencadenado el colapso de los servicios ferroviarios, eje fundamental para el acceso de turistas a la zona. Miles de visitantes, tanto nacionales como extranjeros, han visto truncadas sus expectativas ante la suspensión de trenes y la falta de soluciones inmediatas. El impacto no solo se ha medido en decepción y malestar, sino también en pérdidas económicas millonarias y en el deterioro de la imagen internacional de la ciudadela inca como destino seguro.

Las jornadas en la estación de Ollantaytambo, donde convergen turistas de distintas nacionalid

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