El gobierno de Perú ha recibido la autorización de Estados Unidos para adquirir un total de 12 aviones de combate F-16, en un movimiento que refuerza su capacidad militar. Esta compra incluye diez F-16C y dos F-16D, todos de la avanzada serie Block 70, que incorpora mejoras significativas en tecnología y diseño. La transacción está valorada en aproximadamente 3.420 millones de dólares y se considera un paso importante en la modernización de la Fuerza Aérea peruana.
La ministra vocera del Gobierno chileno, Camila Vallejo, minimizó la importancia de esta compra, afirmando que "no nos corresponde estarnos pronunciando sobre las compras que hace otro país en materia de defensa". Vallejo defendió el gasto militar de Chile, a pesar de que ha disminuido en relación al PIB desde 2008, pasando del 2,6% al 1,6% en 2023. "Nos sentimos plenamente orgullosos de nuestras Fuerzas Armadas", agregó.
Sin embargo, la compra de Perú ha generado preocupación en algunos sectores políticos chilenos. El diputado Andrés Jouannet, del partido Amarillos, calificó la situación como un "llamado de alerta". "Para nuestra defensa es una situación que nos tiene que preocupar", advirtió, señalando que otros países de la región, como Argentina y Bolivia, también están fortaleciendo sus capacidades militares.
Por su parte, la diputada del Frente Amplio, Ericka Ñanco, pidió no "sobre alarmar" ante la compra de los F-16 por parte de Perú, argumentando que Chile también está modernizando su poder aéreo. "No es necesario sobre alarmar ante situaciones que son propias de los ciclos de modernización de las Fuerzas Armadas", sostuvo.
La venta de los F-16 a Perú ha sido aprobada por el Departamento de Estado de EE.UU., lo que marca un avance significativo en la defensa aérea del país andino. Este movimiento no solo refuerza la defensa nacional, sino que también envía un mensaje de presencia estratégica en la región, donde la competencia por el dominio aéreo se intensifica.