A Ildemar Carvajal le cabe al revés y al derecho el apodo con el que pasará a los anales delictivos de la historia: “El Monstruo de la Esperanza”.
Este aberrado sexual de 32 años, aprovechaba la oscuridad de la noche para abusar de su sobrino de apenas 1 año.
Se supone que lo hizo varias veces, ya que en la humilde vivienda de la comunidad La Esperanza, en el municipio Tucupita, su hermana mayor, quien dormía con el esposo en la habitación contigua, al oír el llanto del niño rasgando la madrugada, acudía rápidamente en su auxilio pensando que se trataba del apetito descontrolado que experimentan a esa edad, sin saber el deleznable trasfondo de sus sollozos.
La casa de dos habitaciones albergó hasta este viernes a Ildemar, su hermana de 17 años, madre de la víctima y el infante, durmiend