Les escribo y envío saludos desde el cautiverio, desde prisión, para decirles que todas las cosas que nos hacen padecer y entrar en angustia, nos ayudan a fortalecernos y a tener cada vez más confianza en Dios.

Aquellos que hoy se encuentran en eminencia y se creen con el poder de hacer y deshacer con nuestras vidas, de juzgar y legislar sobre nosotros “el pueblo de a pie”, tengan presente que en esta vida estamos de paso y todo lo que sembremos, eso cosecharemos.

Hoy nos privan de nuestra libertad a madres, hijas, esposas, la columna principal del 90% de los hogares deltanos, considerando que de esta manera nos silenciarán, nos avergonzarán, pero levantamos nuestra voz y gritamos “Justicia”, basta de tanta politiquería enlodando el sistema de justicia, en unos casos tan absurda que por

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