Sin reacción, el gobierno sólo acumula derrotas que a su vez preparan el terreno para nuevas derrotas , en una peligrosísima espiral que Javier Milei no puede o no quiere detener, y que día tras día tensan la matriz política e institucional del país. La incertidumbre se alimenta con malas noticias que llegan día tras día y en todos los frentes, la mayor parte de ellas autoinflingidas o, en todo caso, que podrían haberse evitado si se actuaba a tiempo. El presidente, sin embargo, actúa como si tuviera una inmensa aprobación popular o como si no la necesitara en absoluto; el sistema, en cambio, toma nota de que si alguna vez existió esa popularidad ya fue dilapidada y fomenta un casting de posibles reemplazantes sin fecha de estreno, por ahora.

La abultada derrota en Diputados da cuent

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