Brasil acaba de poner fin a cien años de impunidad tras la histórica decisión del Tribunal Supremo de condenar a 27 años de cárcel al expresidente Jair Bolsonaro, cabeza de una trama golpista en 2022 contra el presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva. Pero aun no se ha escrito el desenlace: un proyecto de ley de amnistía que, en el caso poco probable de que sea aprobada, dejaría impune al ex presidente de extrema derecha igual que los generales de la dictadura iniciada tras el golpe de 1964.
Los golpes de estado, consumados o fracasados, han sido el pan de cada día en la turbulenta historia de la democracia brasileña. Se han producido 15 desde la creación de la república en 1889, y, en muchos casos, una posterior amnistía ha animado a los perpetradores a volver a intentarlo.
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