La salud en Argentina atraviesa un momento decisivo. El sistema público está debilitado por los recortes presupuestarios, las obras sociales se ven golpeadas por resoluciones que las fragmentan y la medicina privada se enfrenta a costos que superan con creces la capacidad de pago de gran parte de la población. En ese contexto, cabe preguntarse, ¿la medicina privada será accesible para la mayoría de los argentinos o quedará restringida a quienes tengan ingresos muy altos?

Los cambios recientes impulsados por el gobierno han acelerado un proceso de concentración en el sector. De más de 600 empresas registradas en la Superintendencia de Salud, apenas 198 iniciaron trámites de adecuación y, de ellas, solo 47 fueron finalmente autorizadas para continuar operando en igualdad de condiciones

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