Con la Feria de Septiembre y los huertos del Malecón todavía frescos en la memoria surge como cada año la pregunta sobre dónde seguir disfrutando de la cocina murciana más allá de esas fechas señaladas en las que las peñas huertanas levantan barracas y huertos efímeros.
Aunque la innovación gastronómica está a la orden del día en la ciudad, la respuesta no está en los bares de moda ni en los restaurantes de mantel almidonado : sino en una tradición que se mantiene casi como reliquia viva, los merenderos de la huerta.
Espacios a medio camino entre taberna y casa de comidas , los merenderos son locales populares donde antiguamente el vino de Jumilla se servía en botellas a quince céntimos y la carne de cordero se cobraba “a 45 céntimos la libra”, según recogía la prensa a fin