Karolina Wachowicz, una mujer polaca de 35 años , emprendió un viaje de transformación personal abandonando su matrimonio y trabajo en busca de nuevos horizontes. Barcelona se presentó como su destino elegido , motivada por la accesibilidad económica y la promesa de un nuevo comienzo. Su llegada estuvo marcada por desafíos iniciales: un idioma desconocido, ausencia de redes sociales y la compleja tarea de estabilizarse laboralmente. La pandemia de COVID-19 se convirtió en un punto de inflexión que, lejos de desanimarla, la impulsó a consolidar su proyecto migratorio. Sin embargo, a principios de año decidió abandonar España tras seis años de residir en el país a causa de las hostilidades que, según afirma, tuvo que vivir después .
El ambiente urbano de Barcelona comenzó a mostrar sus