El caso de Leroy Douglas , ciudadano galés condenado por el robo de un teléfono móvil, se ha convertido en un símbolo de las inconsistencias del sistema penal británico . Lo que comenzó como una sentencia mínima de dos años y medio bajo el régimen de Prisión por Protección Pública (IPP) ha derivado en más de dos décadas de encarcelamiento , sin una fecha clara de liberación.
Douglas, que actualmente permanece recluido en HMP Stocken , ha completado 36 cursos de rehabilitación , superado una adicción y mantenido una conducta ejemplar. Sin embargo, sigue privado de libertad, separado de su familia y marcado por tragedias personales como el fallecimiento de su hija . “ Me robaron la mitad de mi vida ”, declaró, en un testimonio que resume el impacto humano de las senten