DOS años y sigue desnortado. El tiempo –y el martes se cumplirán 26 meses– no ha sacado al Partido Popular de la desorientación que le supuso el traumático resultado de julio de 2023: una victoria insuficiente para gobernar. Ni el partido ni su líder, Alberto Núñez Feijóo, parecen haber aprendido nada desde entonces : ni basta con la mera oferta de derogar el sanchismo ni se aglutina a una mayoría social compitiendo en la agenda política que le interesa a Vox para mantener la dinámica de bloques, porque sólo beneficia en las expectativas electorales a los ultraderechistas –como demuestran la mayoría de encuestas– y posibilita que la agónica supervivencia del Gobierno se extienda en el tiempo. Abascal y Sánchez se retroalimentan: ambos sacan réditos de la acción política del otro. Y en
Feijóo tropieza en la misma piedra

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