Mientras Medellín parece enfrascada en el debate sobre la renovación urbana, la gestión de sus corredores hídricos y la búsqueda de nuevos espacios públicos metropolitanos, Barranquilla avanza decididamente en su reconciliación con el río Magdalena , una transformación que podría ofrecer valiosas lecciones para la capital antioqueña en materia de planificación urbana y gestión del suelo.
Tras décadas de vivir de espaldas al río, Barranquilla ha convertido su ribera en un polo de crecimiento e inversión. El Gran Malecón del Río , inaugurado desde 2017, se ha consolidado como el espacio público más visitado de Colombia, registrando más de 70 millones de visitantes y convirtiéndose en un “emblema de la ciudad que simboliza su transformación urbanística”. El Gran Malecón fue incluso desta