En un contexto económico marcado por la inflación persistente y la amenaza de recesión global, la inversión se presenta como una herramienta clave para proteger el poder adquisitivo. El valor del dinero disminuye a medida que el coste de vida se incrementa sin que los salarios logren seguir ese ritmo, generando un desequilibrio que afecta tanto a jóvenes como a adultos en edad laboral. Ante esta realidad, mantener los ahorros inmovilizados en cuentas tradicionales ya no garantiza estabilidad financiera . La inversión responsable, en cambio, ofrece una vía para mitigar el impacto del deterioro económico y construir una base más sólida a futuro.
Además del presente incierto, el panorama a largo plazo tampoco ofrece muchas garantías. Las pensiones por jubilación, que durante décadas fueron