Israel ha intensificado su ofensiva terrestre y aérea en la Ciudad de Gaza, donde se han registrado intensos bombardeos durante cuatro días consecutivos. La situación es crítica, con cientos de miles de personas intentando huir hacia el sur, mientras las comunicaciones están completamente bloqueadas, sin acceso a teléfono ni internet. Este aislamiento ha generado un clima de miedo, ya que se teme que Israel aumente su ofensiva sin que el mundo exterior pueda conocer la realidad de lo que ocurre en la Franja.
El Ejército israelí ha atacado la ciudad desde el norte y el sur, con el objetivo de forzar a la población a desplazarse hacia el oeste y abandonar la capital. Las fuerzas israelíes anunciaron la apertura de rutas temporales para la evacuación, que dirigen hacia Al Mawasi, una zona declarada "humanitaria" pero que ha sido devastada por bombardeos. Este viernes, las autoridades israelíes han establecido un plazo hasta el mediodía para que los gazatíes abandonen sus hogares, que han quedado en ruinas.
Los bombardeos se han intensificado, alcanzando hospitales y refugios humanitarios, mientras que, según Médicos Sin Fronteras, más de 800.000 personas permanecen atrapadas en el norte de Gaza, ya que el sur es inaccesible. Aquellos que logran escapar lo hacen sin un destino claro, enfrentándose a condiciones de vida precarias en el sur, donde escasean alimentos, agua y electricidad. El costo de una tienda de campaña puede alcanzar los 4.000 shekels (aproximadamente 1.000 euros), un precio inalcanzable para muchos.
A pesar de las afirmaciones de las fuerzas israelíes de que sus bombardeos están dirigidos a objetivos de Hamás, al menos 80 civiles han perdido la vida en las últimas horas. El conflicto ha dejado más de 65.100 víctimas, aunque se estima que la cifra real podría ser mucho mayor debido a la falta de alimentos y medicinas.
En el ámbito internacional, Estados Unidos ha vetado una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía un alto el fuego inmediato y la liberación de rehenes. El embajador palestino ante la ONU, Riyad Mansour, ha expresado su indignación por la situación, señalando que "se permite que haya bebés muriendo de hambre" y que "civiles son asesinados en masa". Por otro lado, el embajador israelí, Danny Danon, ha agradecido a Estados Unidos por su apoyo.
En Jerusalén, las protestas contra la ofensiva israelí han aumentado. Miles de manifestantes se han congregado frente a la residencia del primer ministro, pidiendo el fin de la violencia en Gaza. Estas manifestaciones, que llevan un año en marcha, se han intensificado tras informes que sugieren que los rehenes podrían estar siendo utilizados como escudos humanos en la operación militar.