El único legado que podría dejar Agustín Lozano el día que finalmente se vaya de la FPF es un manual del fracaso , algo así como una guía práctica para que, en pocos pasos, el paciente abandone la sala de recuperación y vuelva a la cama de cuidados intensivos. Tales directrices, enunciadas con el falso tono paternalista de una recomendación al futuro sucesor, podrían ser las siguientes:

UNO. Deshazte del hombre que llevó a la selección peruana a un mundial después de casi cuarenta años, que estuvo a punto de clasificarla a otro, y que la colocó en una final de Copa América. Rescíndele el contrato a ese técnico, no le pagues más, que se vaya por donde vino. Nadie es imprescindible, ni siquiera un exitoso.

DOS. Para sustituir al despedido, busca un entrenador que tenga fama de ser mal c

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